Resistencia a la humedad, aislamiento térmico, durabilidad frente a rayos UV, resistencia a la corrosión (en áreas costeras) y capacidad para soportar cambios bruscos de temperatura.
Limpia regularmente con un paño suave y productos no abrasivos. Evita el exceso de agua para prevenir hinchazones, especialmente en madera, y usa productos específicos para eliminar manchas o grasa.
Usa vidrios dobles o triples, coloca burletes alrededor del marco, instala cortinas gruesas o persianas y opta por ventanas con rotura de puente térmico en el caso de marcos metálicos.
Las cerraduras multipunto o de cilindro de alta seguridad son las mejores opciones, ya que ofrecen mayor resistencia al forzado y cumplen estándares avanzados de seguridad.
Materiales como bambú, madera reciclada, aluminio reciclado o PVC sin plomo son opciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Deben estar fabricados con materiales como MDF hidrófugo o laminados plásticos. Además, un buen sellado en las juntas y bisagras resistentes al óxido son esenciales.
Considera las dimensiones estándar disponibles y ajusta según las necesidades específicas del espacio, asegurándote de cumplir con normativas de construcción y dejando espacio para marcos y acabados.
El vidrio doble (doble acristalamiento) es ideal para aislamiento térmico y acústico. El vidrio templado es más resistente a impactos y seguro, ya que se rompe en fragmentos pequeños no peligrosos.
Las ventanas de aluminio son más duraderas y resistentes, pero conducen más calor, ofreciendo menos aislamiento térmico. Las de PVC son excelentes para aislamiento térmico y acústico, pero pueden ser menos resistentes en climas extremos.
Para interiores, la madera maciza, MDF o puertas de PVC son buenas opciones. Para exteriores, se prefieren materiales resistentes como madera tratada, acero o fibra de vidrio debido a su durabilidad y resistencia a los elementos.